De acuerdo con un estudio realizado hace unos años por Galaxie, la red de canales musicales de la radio nacional canadiense, los animales domésticos son también aficionados a la música. Al parecer, los perros y los gatos responden de forma diferente antes distintas canciones, e incluso tienen sus propios temas favoritos. Además, cuando se quedan solos en casa durante mucho tiempo prefieren la música suave de fondo al silencio absoluto.
Ese es el motivo, dicen los expertos, por el que el 53% de los propietarios de mascotas de Canadá y Estados Unidos dejan música sonando en sus hogares cuando se marchan a trabajar. Claro que, si no quieren encontrarse con una sorpresa al volver a casa, más les vale elegir bien el hilo musical. Según una investigación realizada por científicos de la Escuela de Psicología de la Universidad de Queens, la música clásica contribuye a la relajación de los canes, disminuye sus ladridos y aumenta su tiempo de descanso. Por el contrario, cuando los perros escuchan heavy metal, sus niveles de agitación aumentan y no paran de ladrar.