Los ladridos de tu perro son su principal medio para comunicarse contigo y con el mundo que lo rodea. Cuando ocurren cambios en el estilo de vida, es normal que cualquiera se sienta un poco desorientado, con ansiedad, estrés o miedo, incluso tu perro, quien podría comenzar a hacértelo saber de manera cada vez más insistente por medio de sus ladridos.
¿Qué hacer cuando mi perro ladra demasiado? Tú lo conoces mejor que nadie. Lo primero que debes hacer es comenzar a observarlo para poder identificar la causa de esta situación, pon atención a los cambios recientes en su entorno, aunque también podría ser que esté pidiendo más alimento o tiempo contigo.Te compartimos algunos consejos para mantener todo bajo control cuando esto se vuelva un problema:
A nadie le gustan los regaños, eso incluye a tu perro; al responder de esta forma a sus ladridos sólo estarás aumentando su ansiedad y temor. Un poco de comprensión y orientación lo ayudaría más, la cual ayuda más cuando viene de su líder, por lo que debes darle indicaciones con firmeza para que entienda que no es bueno ladrar tanto.Como a cualquier niño, a tu perrito le gustan los regalos, más cuando son juguetes que puede morder a su antojo; éstos podrían ser un gran aliado para calmar su ansiedad y mantenerlo entretenido cuando no estás.
Mente sana en cuerpo sano, esto también aplica en los perros, los cuales tienen menos miedo y depresión cuando sus días están llenos de actividades, ¿quién tiene ganas de ladrar por la noche cuando se encuentra felizmente exhausto?
Un poco de televisión perruna también puede ser útil. ¡En serio! Puede que no lo hayas intentado antes, pero a los perros les atrae ver a otros perros en televisión, ya sea en películas, series, dibujos animados o incluso puedes buscar videos en internet hechos especialmente para entretener o calmar perros por medio de imágenes agradables para ellos.
Por otra parte, siempre existirán situaciones que puedan provocar temor o estrés a tu perro, aunque no sean situaciones de riesgo para ambos; intenta distraerlo con algo que le guste mucho hasta que se tranquilice, ya sea su juguete o un snack.
Recuerda que los perros también tienen sentimientos que les provocan algunas reacciones que pueden salirse de control. Para remediar algunas te recomendamos que recurras a un veterinario especializado en comportamientos caninos (etólogo) para que pueda ayudarte a encontrar la mejor solución.