El husky siberiano es una raza de perro de trabajo originaria del noreste de Siberia (Chukotka, Rusia). Este perro fue creado por la tribu Chukchi como perro de trabajo para tirar de los trineos a través de largas distancias durante sus partidas de caza, sirviendo, así como vehículo de transporte rápido para las presas de la vuelta al poblado. Al contrario de lo que narra la creencia popular, esta raza jamás tuvo un función de perro pastor ya que el pueblo Chukchi, originalmente, no mantenía ganado propio.
Debido a las condiciones climáticas de sus tierras natales, su pelaje no solo les servía como protección propia ante tan bajas temperaturas, sino que también les brindó un lugar dentro de las tiendas de la tribu, ayudando a mantener calientes a los niños durante la noche. Por ello, el perro Chukchi (como era conocido originalmente), era muy apreciado también (e incluso gratamente reconocido por otras tribus), por su aportación al núcleo familiar, a pesar de ser realmente un perro de trabajo activo. Desde su importación a tierras estadounidenses a principios del siglo XX, podemos encontrar esta raza en cualquier parte del mundo.
Debido a su condición sedentaria, los Chukchi se vieron obligados a criar perros que no solo pudieran recorrer largas distancias para acompañar a los hombres en sus partidas de caza y abastecimiento de alimentos, sino que también lo hicieran de la manera más energéticamente sostenible posible para no terminar agotados, pues el objetivo final era hacer de vehículo de transporte para llevar la carga de los alimentos de vuelta a sus asentamientos. El origen genético de esta raza es aún incierto, sin embargo, las evidencias apuntan a la posibilidad de un cruce entre, perros de tipo chacal y perros de tiro importados de tribus cercanas como los koryak y kamchadal, que en algún momento pudieron ser cruzados con lobos árticos locales, en un intento de añadir ciertos rasgos estructurales y adaptativos al entorno, útiles para el perro de trabajo que tenían en mente y estudios arqueológicos recientes parecen apoyar esta teoría en parte. Análisis de ADN de restos hallados en Siberia, revelan que estamos ante una de las razas más antiguas de perros en el mundo, llegado incluso a dataciones que nos revelan alrededor de 15.000 años de antigüedad. Sin embargo, también fueron prácticamente extinguidos hasta en dos ocasiones. La primera ocasión, durante las guerras de conquista por parte del Imperio Ruso a las tierras Siberianas durante el siglo XVIII, y la segunda ocasión tras las primeras importaciones a Alaska, debido al cruce con perros locales en busca de la creación del perro perfecto de carreras. Debido a esto, la pureza del Husky Siberiano ha tenido que ser recuperada genéticamente hasta en dos ocasiones y es imposible saber cómo eran exactamente en sus orígenes. Sin embargo, podemos comprobar que al menos, el perro criado en la actualidad es el más similar a las primeras importaciones que se realizaron desde Siberia a Estados Unidos, gracias a la ya existente fotografía en aquel entonces. Fueron llevados a Alaska desde el año 1904 y continuamente durante dos décadas debido a la fiebre del oro. Fueron empleados para tirar de trineos, y especialmente para la carrera All-Alaska Sweepstakes, que comprendía 657 km desde Nome hasta Candle ida y vuelta. De menor tamaño, más rápidos y de mayor resistencia que los perros comunes (entre 45 y 54 kg) usados en general, los siberianos inmediatamente dominaron la carrera.
En aquella época las hembras que nacían eran sacrificadas al nacer, y únicamente conseguían sobrevivir aquellas que presentaban una gran vitalidad, ya que eran utilizadas para la reproducción. Los machos que nacían también tenían que pasar una prueba de aptitud, corriendo la misma suerte que las hembras, ya que los chukchi eran muy estrictos. Los elegidos, en cambio, eran tratados de forma excepcional, con los mejores cuidados y la mejor alimentación. En enero de 1925, a –30 °C, en Estados Unidos, una epidemia de difteria asestó un duro golpe a la ciudad de Nome, en Alaska. Allí el suero era insuficiente para atender a todos los afectados, y una gran tormenta impedía el despegue del avión que contenía la medicina. Pero dos husky llamados Balto, Togo (perro) y todos sus compañeros atravesaron el estrecho de Bering y llevaron el suero necesario. La hazaña duró 127 horas, más de cinco días. En la actualidad, muchos de los Siberian husky registrados en América del Norte son descendientes de los primeros perros importados desde Siberia en 1930, habiendo sido entrenados por Leonhard Seppala. El origen de domesticación es desconocido.